En ese paseo te encontré vagando. Cuando viste aquello también volé. Y pulvericé el metal y las burlas. En tu territorio no hay lineas. Y pasaste de largo como aquél lo hizo. Y pasamos juntos unos años. La terquedad ensordece y enmudece. Pero tengo mis adentros y huelen. Profundiza lo superfluo de tu mundo. Mientras risas permanecen. Se envejece con los años. Como parte del mundo evitable y posible. Las carrozas permitieron un mundo fantástico. La metodología recriminó el trayecto. Y la teoría aplana el ideal. La religiosidad heroica no pretende, sueña. Y la brevedad de la felicidad hace retruécano de las cosas. Hice parábolas, y metáforas, todas insulsas. Inventé una máquina profusa. Retrotraje el mundo a mi conveniencia. Las musas pululan e inspiran. Pensamientos terribles e inapropiados. Voló por doquier materia gris. Estimularon poesías y frases sin sentido. Y el sexo insensible e intranquilo. Poético cuando debe y promete. Replantea lo dicho y lo hecho. Que al trecho instruye instrumento. Y dios me miró y sonrió. Me dijo que tenía opciones . Pensó sin pensar. Reprendió su ira, atacó la vida y siguió sonriendo. Yo jugaba a ser Dios y ella también. No hubo cuestionamiento profundo. Solo vacuidad, grandilocuencia. Temible profundidad y pereza que ataca al Dios terrenal. No puedo contra esos ídolos. Tengo de necesario y ordinario en la voz. Poseo ultimas ideas, a veces profundas. Otras tartamudas, otras rotundas. Un puntero que no señala. Una guía que confunde y amaña. Frío, asfixia e hipotermia. Donde hubo terremotos ahora la nada. En Praga la revolución pretende y apaga. Brevedades inconclusas sensibles. Que sirvieron al remanso de tu vida. Los pesares fueron insensatos en pretéritas compañías
Los placeres fueron sensatos en futuras estancias.
Abstracción 